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Ángel Fernández Millán | Objetores al ahorro energético

Las objetoras y los objetores de conciencia al ahorro energético son legión entre los votantes del Partido Popular, Vox y Ciudadanos. Es lógico porque la derecha siempre reivindica la libertad para hacer lo que a ella le dé la gana y ahorrar en el ámbito que sea implica un esfuerzo, una autolimitación en beneficio propio y de la comunidad, que no son conceptos que practiquen con frecuencia.


Esta objeción de conciencia sobrevenida de los empresarios de muchos sectores al ahorro de energía se contradice con las quejas por los precios de la electricidad que venían aireando hasta hace nada. No es fácil hacer pedagogía del ahorro en la piel de toro, porque cuesta pedir sacrificios personales y colectivos.

Por eso voy a intentar en estas líneas plantear algunas propuestas que dan solución a algunas de las dudas planteadas en torno al real decreto para cumplir con los compromisos de ahorro de la Unión Europea frente a la guerra de Putin en Ucrania.

Se ha discutido mucho sobre la cantidad de inspectores que harían falta para exigir el cumplimiento de las temperaturas de calefacciones y aires acondicionados en los establecimientos privados. La solución está en la transparencia, hacer visible a la entrada de tiendas, supermercados y establecimientos hosteleros la temperatura del termostato del establecimiento. De esta forma cualquier cliente podría reclamar el cumplimiento de la norma y denunciar, en su caso, la infracción.

Son demasiados todavía los supermercados que no tienen sus vitrinas de productos refrigerados cerradas con puertas para evitar el consiguiente despilfarro de energía. Para ahorrar hay que invertir en cambios y mejoras y esto ya es otro cantar para una clase empresarial miope y cortoplacista.

Respecto al apagado de escaparates y anuncios luminosos hay que recordar que en Francia este ahorro se practica desde 2013 y que hay soluciones como la instalación de sensores de presencia para que el escaparate solo se ilumine cuando haya alguien que lo mire.

Regular la intensidad de la iluminación es otra de las soluciones para la iluminación de calles y plazas, sustituir las luminarias convencionales por farolas solares con detectores de presencia es la solución definitiva y más ecológica para las ciudades. La seguridad es compatible con el ahorro y la sostenibilidad.

Todas las buenas prácticas expuestas son las que la oposición objetora debería tener en cuenta antes de decir no a todo y mandar a paseo la agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las recomendaciones de la Unión Europea.

ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN
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