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Aureliano Sáinz | Discos y portadas (5)

Lo más normal es que, en este recorrido que llevamos por los discos y las portadas de la música rock, al tratar de los grandes diseñadores que incursionaron, aunque fuera circunstancialmente, en las ilustraciones de las carátulas musicales, lo hiciera por aquellos que lo iniciaron allá por las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado. Es decir, cuando el rock se convirtió en un fenómeno tan grande como lo es la revolución digital en el nuevo milenio.


Esto supondría que tendría que comenzar, ¡cómo no!, por la portada que Andy Warhol creó para el primer disco de la Velvet Underground & Nico, es decir, comentando el celebérrimo plátano que se convirtió en un icono dentro de los diseños para el rock.

Pero me temo que los seguidores más jóvenes de esta sección de “Discos y portadas” llegaran a pensar que es para “viejos amantes de la música” que se encuentran anclados en sus épocas de juventud.

Para evitar este posible error, vamos a dar un salto hacia adelante para conocer lo que se ha producido en los últimos tiempos, de modo que partiendo del disco Let’s Dance de David Bowie, lleguemos al reciente Artpop de Lady Gaga, dado que en esta ocasión comentaremos cómo artistas tan relevantes como Keith Haring, Banksy, Damien Hirst o Jeff Koons se han involucrado en el diseño de portadas de discos.

Me centraré, pues, tras dar algunos datos de los cantantes o grupos, en comentar de manera especial el diseño de las portadas de sus discos, de modo que los selecciono y los muestro cronológicamente.



En el año 1983, David Bowie saca al mercado el que sería el elepé que haría su número quince: Let’s Dance. Hacía once años que había publicado el considerado como su mejor disco, es decir, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, que hemos tenido ocasión de comentar.

Por entonces, era habitual que de los elepés se extrajeran aquellos temas que se consideraban que podían escalar las listas de popularidad para editarlos en formato single, con un tema por cada lado del sencillo. De Let’s Dance se extrajo Without You, y la compañía discográfica acordó encargar al Keith Haring el diseño de la portada.

Recordemos que Haring era un artista conocido por los grafitis que realizaba en la década de los ochenta en los muros y en los anuncios del metro de la ciudad de Nueva York. No era, por tanto, un espontáneo o un autodidacta, puesto que se había formado en la Escuela de Artes Visuales de la ciudad de los rascacielos.

De Keith Haring son muy conocidos sus sencillos grafismos, en los que aparecían personajes totalmente esquematizados, que bien podrían trazarlos los niños, a los que añadía algunas líneas cinéticas tomadas de los cómics.

Su vida fue muy breve, dado que falleció en Nueva York el 16 de febrero de 1990, víctima del sida, a la edad de 31 años. De todos modos, sus diseños para las paredes se hicieron mundialmente famosos, siendo utilizados en distintos objetos: carteles, camisetas, carpetas, etc.

La portada que realizó para el single de David Bowie nos sirve como ejemplo de su modo de trabajar: dos figuras delineadas con trazo grueso de color negro que parecen unirse, al tiempo que les rodea unas líneas como modo de expresión admirativa. Sencillez gráfica al tiempo que la máxima expresividad comunicativa.



Sorprendentemente, el séptimo disco que sacaba el grupo británico Blur, en el año 2003, llevaba la portada diseñada por Banksy, ese artista grafitero que ha deseado permanecer en el anonimato a lo largo de los años. Y la sorpresa proviene de que los directivos de la compañía discográfica por necesidad tenían que conocer al autor de la portada para dar su visto bueno.

Lo cierto es que el grupo Blur, que se encuadra dentro del denominado britpop, en su disco Think Tank, tuvo el honor de contar con el grafitero más famoso del mundo, a pesar de su permanente anonimato.

En el deseo de saber quién se escondía tan celosamente bajo el nombre de Banksy, recientemente la Universidad Queen Mary de Londres, tras unas investigaciones llevadas a cabo, sostenía que bajo ese seudónimo se oculta Robin Gunningham, un joven vecino de la ciudad de Bristol. Lo cierto, y a pesar de estas afirmaciones, es que Banksy sigue sin aparecer públicamente.

Sobre la técnica que utiliza Banksy habría que indicar que se encuentra dentro del estarcido, es decir, del uso de plantillas con el empleo de aerosoles para la creación de sus imágenes en las paredes. De modo prioritario, utiliza los colores blanco, negro y gris, aunque suele añadir algunos toques de rojo en sus trabajos.

Es la gama cromática que vemos en la portada de Think Tank, en la que aparece una pareja, en plano tres cuartos, abrazada y en la que ambos portan una escafandra de buzo. En el centro de la imagen, aparece el título del disco, con letras mayúsculas y en rojo, color que ofrece un buen contraste con la gama oscura de las imágenes del cuadro.



Si resulta curioso que el grafitero Banksy sea el diseñador de una portada de disco, lo es más aún que Damien Hirst, uno de los artistas más cotizados actualmente, lo haga de un grupo como The Hours.

Acerca de este grupo británico, no muy conocido en nuestro país, tendría que apuntar que fue formado en el año 2004 por Antony Genn y Martin Slattery. Su primer disco, Narcissus Road, apareció en 2007. Hasta la fecha han sacado cuatro, siendo el último el titulado I want more, vio la luz en noviembre de 2011.

Pero si The Hours son poco conocidos, lo cierto es que Damien Hirst, perteneciente al grupo que recibió la denominación como The Young British Artists, es el artista vivo que mayor se cotiza en la actualidad.

Sus planteamientos caminan paralelos a la sociedad el espectáculo en la que nos movemos, ya que provocar y escandalizar son sus bases artísticas. De este modo, se hizo famoso por una serie de obras basadas en la presentación de animales, caso de una vaca, una oveja e, incluso, un tiburón en unas vitrinas transparentes llenos de formol para conservarlos.

Pero Damien Hirst no acaba con los animales conservados en formol, su última creación consiste en la realización de una calavera de platino incrustada con 8.601 diamantes. Su precio: 72 millones de euros.

No es de extrañar, pues, que la portada de Narcissus Road que diseña para The Hours se base en el dibujo de una calavera que ocupa la mayor parte del formato cuadrado de la carátula. Los vacíos oculares están ocupados por los círculos de dos relojes, uno con números romanos y el otro con cifras convencionales, de modo que ambos carecen de agujas.

Del centro, y por detrás de la calavera, salen pinceladas de distintas tonalidades, lo que refuerza el valor expresionista del conjunto. En el lado derecho y en vertical, el nombre del grupo, al que le precede un pequeño reloj de arena.

Podemos entender que con ello Hirst nos quiere indicar que la muerte es omnipresente, que carece de tiempo y que siempre está ahí como recuerdo de que es la realidad inalterable.



Si resulta sorprendente que un artista tan cotizado como Damien Hirst realice una portada para el primer disco de un grupo desconocido, no lo es tanto que el estadounidense Jeff Koons lo haga de uno de Lady Gaga, puesto que la popularidad de esta cantante se encuentra en alza.

Pero antes de avanzar, quisiera apuntar que Jeff Koons es el autor de esa enorme escultura cubierta de flores y vegetal que recibe el nombre de Puppy (Cachorro) y que se encuentra en los exteriores del Museo Guggenheim de Bilbao. Es, pues, la obra más significativa que podemos ver de este artista en nuestro país.

Como dato biográfico conviene indicar que Jeff Koons nació en la ciudad de York (Pensilvania), el 25 de enero de 1955, lo que nos da a entender que no hablamos de un artista joven, sino que ya tiene una trayectoria larga dentro de un arte en el que se valora la monumentalidad y se ensalzan los valores de la sociedad de consumo, todo ello muy en la línea de los planteamientos que comenzarían con Andy Warhol.

El encargo que le realiza el sello musical para el tercer disco de Lady Gaga, que lleva el título de Artpop, publicado en 2013, encaja como anillo al dedo con la imagen que constantemente nos ofrece la cantante neoyorquina.

Así, en la portada encontramos a una muñeca hinchable, con semejanzas con la cantante, que se tapa los pechos con las manos, al tiempo que delante de ella se muestra una pelota brillante de color azul, sobre la que se superpone el título del disco. Como fondo, aparecen alternados, en forma de aspas de molinete, los fragmentos de una fotografía en blanco y negro, donde aparece el nombre de Lady Gaga.

Detrás, y como telón de fondo, vemos fragmentos del cuadro El nacimiento de Venus del pintor del Renacimiento italiano Sandro Botticelli. Vemos que la actual cultura del consumo de masas lo frivoliza todo, por lo que no es de extrañar que un bello cuadro referido a una diosa de la mitología greco-romana se mezcle con una muñeca hinchable para anunciar otro producto como es, en gran medida, Lady Gaga.

AURELIANO SÁINZ
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